El hecho de que surgiera la tradición de felicitar la Pascua durante las fiestas de Navidad surge del simbolismo de la liberación judía y de la resurrección y nacimiento de Jesús; cabe destacar que originalmente Jesucristo era judío, haciendo una analogía de esas tres fechas.
Y es que debemos tener en cuenta que la mayoría de las conmemoraciones cristianas se basan en celebraciones cuyo germen eran las fiestas de otras religiones y culturas; por ejemplo, la mencionada Pascua Judía o paganas de la antigua Roma e incluso Celtas.
Así pues, a partir de la Edad Media, una vez sustituidas todas las fiestas de otras culturas en el calendario católico, se comenzó a conmemorar, y felicitar, la Pascua Navideña, que va desde el 25 de diciembre al 6 de enero, como anuncio del nacimiento del Mesías, Epifanía de los Reyes Magos y de ahí saltar a la siguiente Pascua, en Semana Santa, con la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús.
Lo que creo no sabe la mayoría de los españoles es que, el martes de Pascua, saltándonos el anacronismo que ha lugar, ya que se celebra en la segunda Fiesta cristiana, es una fecha marcada en el calendario de todos los turolenses. Desde hace varios siglos, los habitantes de Teruel celebran la festividad del Sermón de las Tortillas que, este año, lo ha realizado Pedro Sánchez el martes de la Pascua navideña; un día de esparcimiento en compañía de familiares y amigos, que salen al campo a disfrutar de un almuerzo en el que, como el propio nombre de la fiesta indica, no falta nunca la tortilla a la que este personaje le quiere dar la vuelta.
Para buscar el origen del Sermón de las Tortillas hay que remontarse varios siglos atrás, pues, se cree que «es resultado de la unión de dos fiestas turolenses especialmente antiguas y celebradas».
Según los Fueros de Teruel, por el año 1247 se establecía que el martes después de Pascua finalizaba el año político. Por lo que a las 12 del mediodía se reelegían los cargos de la ciudad en la puerta de la catedral. «Una vez finalizado el acto, los turolenses lo celebraban con una comida en el campo alrededor de la ermita de la Villa Vieja, en las afueras de Teruel, exconvento de los Capuchinos».
Años más tarde, en el siglo XV, está documentado que la Cofradía de Nuestra Señora de la Villa Vieja y la Sangre de Cristo aprovechaba el martes de Pascua para ofrecer comida a los pobres. «La hermandad reunía a los menesterosos en la ermita y se les ofrecía un sermón y viandas».
Ya en el siglo XVIII, allá por 1730, Teruel celebraba la Fiesta de los Rollos. La víspera del 1 de mayo se procedía a la recolecta de vino y rollos que se repartían al día siguiente en la ermita de la Villa Vieja, tras una procesión que se iniciaba en la parroquia de San Pedro.
Así pues, se cree que sería finalmente en el siglo XIX cuando se unen estas dos fiestas, perdiendo su carácter religioso y caritativo con el paso de los años y convirtiéndose en un festejo más parecido a su forma actual. Los martes de Pascua, los turolenses se dispersaban por los alrededores de la ermita para merendar a base de rollos de Pascua, y se impartía el sermón que nos ha atizado Pedro y, la ya por entonces popular, tortilla de patatas en la segunda Solemnidad.
En la actualidad no se celebra ningún acto religioso ni institucional y la festividad se concentra, mayoritariamente, en el área de Fuente Cerrada, un parque natural a cinco kilómetros de Teruel, donde los mayores disfrutan de la compañía de familiares y amigos y los más jóvenes se divierten jugando.
También es típico que muchas familias y amigos opten por celebrar el Sermón de las Tortillas en casas de campo o chalés. «Atrás han quedado los viejos lugares en los que los no tan mayores disfrutaban de la naturaleza durante este día y que se están perdiendo para las nuevas generaciones como la Cuesta de la Cera, la Atarazana, el Martinete, los Baños o la Fuente del Chorrillo».
Lo que no ha cambiado en los últimos años es el menú. A la tradicional tortilla de patata, a la que se le admite diferentes ingredientes este día como atún, queso, jamón…, se les suman las monas de Pascua, evolución de los rollos, con sus correspondientes huevos duros, de chocolate, confetis… pero siempre manteniendo la base compuesta de leche y harina. Luego cada familia o cuadrilla completa el menú a su gusto, pero son típicas en las últimas décadas las paellas o las parrilladas.
El día en el campo se concluye, desde hace unos años, con una sesión de vacas en la Plaza de Toros, a la que acuden numerosos jóvenes para poner punto final a esta festividad que ha ido perdurando a lo largo del tiempo.
El historiador y cronista de la ciudad explicó para el Diario de Teruel que la tradición es medieval, pero el nombre es contemporáneo: «un Paúl predicando dijo: aquí estamos delante de la Virgen de las Tortillas, y la virgen es la Asunción que tiene la Hermandad de la Villa Vieja en su capilla. Entonces dijo la gente «anda el Sermón de las tortillas». Hay que tener en cuenta que el hecho es medieval, pero el nombre contemporáneo».
Además, se ha de recordar que la patata no llegó a España hasta el siglo XVI y a partir de ahí es cuando se empieza a hablar de la tortilla española, que es la tortilla de patata clásica.
En esta Pascua navideña nuestro presidente ha querido trasladar la fiesta turolense de la segunda venida, pero sin tortilla, monas de Pascua ni más rollos que el suyo, y con un frio que pela, con una rueda de prensa después del Consejo de Ministros, rindiendo cuenta de sus cuentas que brilló, como siempre, por su sinceridad: hoy nos hemos enterado de que lo de Illa no iba donde se dijo ni dejó de decir, sino, hoy, un día después del discurso, todo lo contrario. Eso es sinceridad y claridad en la gestión de este gobierno: el Sermón de las tortillas.
Enrique Area Sacristán.
Teniente Coronel de Infantería. (R)
Doctor por la Universidad de Salamanca.