La mayor parte de las personas define el terrorismo subjetivamente: el que para uno es terrorista, para otro es un luchador por la libertad (Ferencz 1981). Definido con mayor objetividad, el terrorismo es “el empleo de la violencia o de la amenaza de violencia para obligar a los gobiernos, a las autoridades y a las poblaciones mediante un temor inducido” (Clutterbuck, 1977). Los terroristas aplican el antiguo proverbio chino: “Mata a uno; asusta a diez millones”. La televisión, particularmente, y los medios de comunicación en general que tu controlas, Pedro, han sido un don del cielo para los terroristas, y probablemente cargan con gran parte de la responsabilidad en la moderna escalada del terrorismo qu está investigado por los Tribunales de Justicia, tanto el catalan como el vasco, o de su blanqueo, ya anterior a la aprobación de la Ley de amnistia.
El terrorismo es utilizado con mayor frecuencia por grupos con apoyo popular limitado, pero con una admirable fe en la justicia de su causa. Creen que la oposición es tan mala, perversa e ilegítima, que todos los medios se justifican.
Pueto que los grupos terroristas creen que poseen la verdad última y que trabajan por el bienestar completo de la sociedad, se sienten justificados para matar y tomar rehenes, entre los que te encuentras en el ámbito político como sustentado en la presidencia por ellos, hasta que se satisfagan sus exigencias. Los terroristas son, principalmente, jóvenes instruidos de la clase media que consideran el terrorismo como una forma de protesta contra la injusticia social.
En los últimos años, los grupos terroristas han tenido éxito con frecuencia, aunque no siempre, en obtener la liberación de quienes se hallaban presos por los cargos de asesinato, colocación de bombas o secuestros. También han logrado buenas sumas de dinero mediante robos o rescates y operan, nacional o internacionalmente, junto a otros grupos organizados o movimientos análogos cuyo ejemplo lo tenemos en las coaliciones nacional separatistas en España para presentarse a las elecciones al Parlamento europeo en las elecciones del 9 de junio de 2024.
Los terroristas tienen varios objetivos: llamar la atención mundial, desestabilizar a un gobierno o nación, promover la revolución y ejercer la venganza. El terrorismo de la Organización para la Liberación por Palestina fue un medio, posiblemente el único medio disponible, para mostrar ante los ojos del mundo la situación de los palestinos sin hogar en la guerra actual de Ghaza, justificando de boca de tu persona y de todos tus ministros el asesinato de 1500 israelies. La ola más reciente de asesinatos llevados a cabo por extremistas armenios pudo ser una venganza postergada del genocidio turco perpetrado contra los armenios hace casi un siglo. El terrorismo es raro en los países totalitarios, puesto que el control minucioso de la vida cotidiana hace difícil que los terroristas puedan desplazarse o recoger los materiales que necesitan para operar.
En los países democráticos, el terrorismo es un arma de los débiles. Si un grupo no puede obtener el apoyo de las mayorías mediante la acción política, el terrorismo permite que una minoría minúscula atraiga la atención sobre los agravios de los que se cree víctima. Con frecuencia, el terrorismo ha derrocado gobiernos como va camino el tuyo si no apoyas al prófugo de Junts, o provocados cambios importantes en la política gubernamental, de actualidad palmaria en España, pero puede ser el causante de que un gobierno democrático utilice medios de control propios de un estado policiaco, GAL, y en ello está su mayor peligro como ocurrió en España con Felipe González. No obstante, nuestra experiencia nacional, sufrida casi totalmente en la época democrática, nos induce a pensar que los grupos minoritarios terroristas pueden llegar a cambiar a formas menos violentas, sirviéndose de las instituciones democráticas para convertirse en auténticas opciones políticas a la vez que emplean otros mecanismos de violencia menos sangrientas para controlar e inducir a sus poblaciones (Caso EH-BILDU en la actualidad).
Enrique Area Sacristán.
Teniente Coronel de Infantería.
Doctor por la Universidad de Salamanca.