Muchos son quienes utilizan expresiones del tipo ‘se lo han puesto a huevo’ o ‘venga, que lo tienes a huevo’ para indicar la poca dificultad que hay en conseguir alguna cosa.
Esta analogía entre un huevo y la facilidad para obtener algo proviene de los tiempos de carestía y hambruna, en los que uno de los alimentos más accesibles eran los huevos. Muchas eran las familias que disponían de alguna gallina que diariamente los ponía, sirviéndoles de sustento, tanto para alimentarse como para vender o cambiar (a través del trueque) por otros productos de primera necesidad.
Los huevos también eran uno de los productos que menos coste tenían para los compradores, convirtiéndose en un símil para indicar que algo era barato y, por tanto, fácil de conseguir.
Durante el Siglo de Oro (siglos XVI y XVII) varias son las alusiones literarias que se hicieron a la forma ‘a huevo’ como clara a alusión a aquello que es barato o fácil de conseguir.
Cabe destacar que existe otra expresión (‘costar un huevo’) que significa todo lo contrario: algo muy costoso, dificultoso o caro. Pero en esa ocasión el huevo al que hace referencia no es el que es puesto por las gallinas (u otra ave) sino como clara alusión al testículo masculino.
Por Alfred López. «El listo que todo lo sabe»