Poco después de trasladarse a vivir a Inglaterra en 1710, el compositor alemán Georg Friedrich Händel se convirtió en director y responsable de la música sacra de su nuevo país de acogida (cargo conocido como ‘maestro de capilla’), codeándose con la flor y nata británica y sobre todo con la realeza (le unió una estrecha amistad con Jorge I de Gran Bretaña, coronado en 1714 y que era oriundo de Alemania igual que él).
La fulgurante carrera musical de Händel lo llevó a dirigir la prestigiosa ‘Royal Academy of Music’ y recibir múltiples encargos por parte de la monarquía inglesa, entre ellos el componer un himno que sería utilizado en los actos de coronación del rey que relevara a Jorge I.
Dicha composición musical estaba compuesta por cuatro himnos (‘Zadok, the Priest’, ‘My heart is inditing’, The king shall rejoice y ‘Let thy hand be strengthened’) basados en textos bíblicos utilizados por la Iglesia anglicana (Biblia del Rey Jacobo de 1611) y llevaba por título genérico ‘Coronation Anthems’.
Tras el fallecimiento de Jorge I, el 11 de junio de 1727, le sucedió su primogénito, siendo coronado como Jorge II de Gran Bretaña e Irlanda en una fastuosa ceremonia celebrada en la abadía de Westminster el 4 de octubre de aquel mismo año.
En dicha coronación se interpretó la composición de Händel ‘Coronation Anthems’, siendo el primer himno (‘Zadok, the Priest’) uno de los que más admiración causó, hasta tal punto que se decidió que, a partir de aquel momento, en las sucesivas coronaciones de reyes británicos fuese interpretado dicho himno, algo que se ha realizado desde entonces en todas y cada una de las ocho ocasiones en las que se ha coronado un nuevo rey o reina (Jorge III, Jorge IV, Guillermo IV, Victoria I, Eduardo VII, Jorge V, Jorge VI e Isabel II. Hay que tener en cuenta que Eduardo VIII no llegó a ser coronado). La última vez que fue utilizado oficialmente este himno para una coronación fue en la de Isabel II, el 2 de junio de 1953.
En 1992 la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) quiso realizar algunas modificaciones en su competición más famosa: la ‘Copa de Europa’ (entre las que se encontraba el cambio de denominación a ‘Liga de Campeones’ o, como es más habitual llamarla ‘UEFA Champions League’).
Para ello encargó al compositor británico Tony Britten que realizara un himno para la competición y éste en lugar de realizar una composición original presentó una versión modificada y con varios arreglos del ‘Zadok, the Priest’ de Händel, el cual desde entonces se ha convertido en el emblema musical de la Champions League, sonando al inicio de cada encuentro y en los spots publicitarios que anuncian cada partido.
Cabe destacar que, a pesar de tratarse de una composición sacra y dedicada a la coronación de reyes, fue el propio Händel, en el siglo XVIII, quien permitió que su famosa obra Coronation Anthems fuese utilizada y tocada en cualquier tipo de evento o ceremonia, de ahí que no se pusiera ningún impedimento para poner en marcha la versión realizada por Tony Britten.
Por Alfred López. «El listo que todo lo sabe»