Expresión muy graciosa y muy popular en España sino fuera por la aplicación que le damos en este artículo: el carrito de las vacunas COVID entre los máximos responsables de mantener la disciplina en los ejércitos.
Aclarar que «carrito» en España es un dispositivo móvil sin motor donde el heladero desplaza los helados para su venta en la calle.
La frasecita proviene de una popular canción española, que se suele entonar en fiestas de pueblos. La canción dice así :
Si te han pillao, si te han pillao, si te «han pillao con el carrito del helao» (se repite 3 veces)
Si te «han pillao con el carrito del helao», te vuelves a joder.
La cancioncita es realmente una adaptación de otra canción muy popular, que lleva por título «si te ha pillao la vaca jódete, jódete».
Sabemos que hay diferentes formas de mitigar el calor del verano. Una de ellas, además es nutritiva: los helados. De niño compraba helados en las confiterías, en los quioscos provisionales que se ubicaban en determinados puntos del casco urbano, y también los adquiría en los carritos, esos puestos móviles que recorrían la población, cargados de su preciado producto. En ellos tenían tanto polos (el helado de hielo con sabores diferentes), cucuruchos (de una o dos bolas), te servían «cortes» (piezas de una barra de helado cortada a cuchillo y presentada entre dos galletas) y vendían los clásicos hechos con leche y de diferentes sabores también. El carrito de los helados se ha convertido en un clásico que muchas veces echamos de menos cuando paseamos en las noches de verano, y tenemos ganas de tomar algo fresco, sin necesidad de entrar en un establecimiento. Si nos encontramos uno, estamos salvados. Es tan famoso este carro que incluso hay una expresión coloquial,«te han pillao con el carrito del helao», que significa que alguien ha sido sorprendido haciendo algo de lo que deberá arrepentirse, que le han pillado «con las manos en la masa», otra expresión con sabor culinario muy de moda en estos tiempos plagados de corrupción, «pillar in fraganti».
Esta expresión, que de todos los comentarios anteriores puede resultar muy graciosa, tiene un origen más serio, según he encontrado en un blog. De acuerdo a la Wikipedia en inglés (porque al parecer es internacional su uso), esta expresión se ha modificado bastante pero viene de los antiguos sumerios que en verano y épocas estivales eran «obsequiados»,aunque realmente se lo quitaban de su jornal, con un refrigerio parecido a los actuales helados cuando estaban trabajando. Al parecer, algunos capataces sumerios debían ser algo listillos y se apropiaban de algunos «helados» que debían ser repartidos entre sus trabajadores, originando algunas revueltas de trabajadores que culminaron con el asesinato de algunos capataces y terratenientes. ¿Será cierto? No creo que lleguemos a eso en este caso aunque el asunto tiene su enjundia.
Lo que sí parece cierto es que a algunos canallas listillos de la cúpula militar les han pillado con el carrito de los helados: con la vacuna puesta y realizando contratos millonarios para la compra de mascarillas a la empresa del caso Koldo, digase el General de Ejército antiguo JEME Javier Varela Salas . Esperemos que el ejemplo del Mando no sea motivo para que otros sigan en los Ejércitos el mismo camino.
Sea lo que sea, quiero creer que esta situación no es general en las Fuerzas Armadas. En todo caso, «si te ha pillao la vaca jódete, jódete». En los ejércitos no hay nadie imprescindible: «a rey muerto, rey puesto» y a seguir trabajando por la Patria.
La mejor defensa es un buen ataque donde los presuntos delincuentes se atrincheran en espera de que el tiempo que todo lo cura le dé carpetazo y, a otra cosa mariposa. Los sinverguenzas tienen la mala costumbre de hablarse entre ellos y no por el contrario dirigirse a los ciudadanos que en tú caso, Pedro, Margarita y ciudadano exJEME, sería presentar los contratos por valor de 3 millones de euros a la ciudadanía y no para explicar lo que a veces tiene difícil explicación con «se ha realizado con respeto a la legalidad», que en sus bocas suena a agua de borrajas para pasar el tiempo.
De todos los males que aquejan a la humanidad, el más amargo es que hemos de tener conciencia de mucho y control de nada.
Enrique Area Sacristán.
Teniente Coronel de Infantería.
Doctor por la Universidad de Salamanca.