Las cosas suceden en el debido momento cronológico. Por lo general, la viruela era una enfermedad propia de la infancia o adolescencia, de manera que era casi excepcional que un anciano la padeciera. Trasladada la frase a cualquier ámbito, puede aplicarse a las personas mayores que se atreven con actividades propias de la juventud. Expresión muy utilizada con la que se pretende hacer ver a los viejos que hacen cosas que no corresponden a su edad. También se utiliza para indicar que una cosa ya se ha hecho muy tarde cuando debería haberse hecho.
Se utiliza la locución ‘A la vejez, viruelas’ para referirse a aquellas cosas que se realizan fuera de la edad pertinente o cuando ya no tocan (normalmente por criterio social). Se puede dar ejemplos del uso de esta expresión en casos como el de una persona anciana que se enamora de otra mucho más joven o el adulto que viste de manera juvenil y desacorde con su edad…
La expresión se popularizó a partir del primer cuarto del siglo XIX cuando Manuel Bretón de los Herreros estrenó su primera obra titulada ‘A la vejez, viruelas’ en el Teatro del Príncipe de Madrid (actualmente Teatro Español) el 14 de octubre de 1824.
En ella explicaba las historias cruzadas de varios personajes enamorados entre si: por un lado la viuda Doña Francisca, quien bebía los vientos por el joven Enrique. A la vez, éste estaba profundamente enamorado de Joaquinita, hija de Doña Francisca que había sido prometida con el viejo Don Braulio y que también está coladita de amor por Enrique.
Partiendo de esta trama central el autor quería poner de manifiesto la ridiculez que existía en esos amores a destiempo o que se realizaban por conveniencia, siendo evidente el patetismo de ver a personas ancianas (o en edad madura) pretendiendo mantener relaciones amorosas con otras mucho más jóvenes que ellas, algo muy común en la época (también es habitual encontrar la expresión ‘A la vejez, viruelas’ relacionada con algunos personajes a los que se les tacha de ‘viejo verde’)
Para titular su obra, Bretón de los Herreros utilizó la viruela como ejemplo de enfermedad propia de la infancia, para así señalar que hay cosas que a ciertas edades ya no toca vivirlas, en este caso pasar la viruela en edad adulta o enamorarse como unos adolescentes. Evidentemente hay que entender la época en la que se acuñó la expresión. Es muy posible que dicha locución fuese una frase proverbial ya existente, y utilizada oralmente, y aprovechada por el dramaturgo para titular así su obra.
El dicho completo es «A la vejez viruela, sarampión, sarna y dolor de muelas».
Enrique Area Sacristán.
Teniente Coronel de Infantería.
Doctor por la Universidad de Salamanca.