El PP aspira a ganar las elecciones y revalidar la presidencia de Isabel Díaz Ayuso o, por lo menos, a ser una fuerza determinante en la formación de Gobierno. Con el eslogan “Libertad”, el partido de derechas centra sus medidas electorales en varios ejes.
En la educación, los populares defienden el derecho de los padres a elegir el colegio de sus hijos (público, privado o concertado) y la apuesta por los centros de educación especial. “Tenemos muy claro que nuestras prioridades deben ser que ningún estudiante se quede atrás y que nuestros estudiantes excelentes puedan obtener su máximo potencial”, indica el programa electoral.
En el ámbito económico, proponen reducir en medio punto todos los tramos de la tarifa autonómica del IRPF, así como aumentar las deducciones especiales para los jóvenes, las familias, los arrendadores y quienes creen nuevas empresas.
En el aspecto sanitario, el Partido Popular quiere reducir en un 50% las listas de espera y garantizar la libertad de elección de los pacientes del hospital, centro sanitario y profesional sanitario por el que quieran ser atendidos.
Vox, con Rocío Monasterio al frente, afronta este 4-M con 10 medidas urgentes para Madrid y bajo el lema ‘Protege Madrid’. La primera medida es reducir a la mitad el número de diputados en la Asamblea de Madrid y limitar a siete consejerías en el Ejecutivo regional, así como eliminar algunos entes públicos, como Telemadrid.
La bajada radical e inmediata de impuestos también será otra de las claves para los de extrema derecha. La tercera propuesta es “proteger la salud y la libertad” de los madrileños, destinando todos los recursos públicos a combatir la emergencia sanitaria y económica. Asimismo, otra de las medidas de su programa electoral será indemnizar a aquellos que no hayan podido trabajar y eliminar todas las restricciones de horarios y toque de queda.
Vox también exige la protección de las fronteras nacionales y el fin del “efecto llamada”, «devolviendo a sus países a los que han entrado ilegalmente», así como clausurar los centros de menores no acompañados y cerrar las “mezquitas fundamentalistas” que «justifican la violencia contra la mujer o los homosexuales, y que crean inseguridad en nuestras calles».
Además, aboga por una persecución real de las mafias de la “okupación” y las bandas callejeras, así como la lucha contra los narcopisos y el tráfico de droga o la regulación de la proliferación de casas de apuestas.
En la parte contraria, El Partido Socialista se presenta a las elecciones bajo el lema de “Gobernar en serio”, con más de 350 medidas para la Comunidad de Madrid y como un partido político que apuesta “por un gobierno sin extremismos”, pero cuya mentira la tenemos en su coalición postelectoral con el partido comunista de Pablo Iglesias.
Las medidas del PSOE madrileño se centran en tres puntos claves: vacunación y lucha contra el virus, recuperación económica y protección social. Por un lado, los socialistas quieren acelerar el proceso de vacunación en la comunidad y “recuperar cuanto antes la normalidad”.
Respecto a la recuperación económica, el partido madrileño contará con la ministra de Industria, Reyes Maroto, no se ha prodigado por ser un fenómeno intelectual en ninguna materia pero menos en economía, como vicepresidenta económica si consigue gobernar la Comunidad de Madrid. Además, aboga por aprobar un proyecto de presupuestos regionales que “canalice los fondos europeos y dé respuesta a los principales problemas de la ciudadanía de la Comunidad de Madrid” que ayer se adelantó se decanta por una subida de impuestos descomunal a las clases medias alta y media, además de suprimir la declaración conjunta que va a afectar a 4.000.000 millones de familias necesitadas en su mayoría de incentivos económicos.
En cuanto a la protección social, el PSOE apuesta por “no dejar a nadie atrás”, una afirmación electoralista y sin contenido. Algunas de las medidas en este aspecto será aportar un complemento autonómico de 150 euros al mes a aquellas familias que dispongan del Ingreso Mínimo Vital o beneficiar con 200 euros al mes a aquellas familias con Renta Mínima de Inserción que cuenten con menores a su cargo, dinero que no se sabe lo van a sacar.
La candidatura de Pablo Iglesias se presenta en las elecciones del 4 de mayo con medidas basadas en la reforma fiscal, techo de alquileres o políticas feministas, bajo el lema ‘Que hable la mayoría’. Con más de un 5% de voto según las últimas encuestas, el objetivo de Iglesias será dejar a Isabel Díaz Ayuso en la oposición.
El programa electoral de Unidas Podemos supera las 160 páginas y se divide en siete apartados: democratizar la economía, servicios públicos y derechos sociales, feminismos y LGBTI, transición ecológica y desarrollo sostenible, profundización democrática, cultura y medios de comunicación públicos, y derechos humanos.
La formación púrpura aboga por aplicar un impuesto de patrimonio, elevar el de sucesiones y donaciones, así como el IRPF. Regular los alquileres también será uno de los objetivos del partido, para que así ningún inquilino destine más del 30% de su salario en el alquiler. En cuanto al empleo, una de las medidas será implementar un Plan Integral de Empleo Juvenil para la contratación de personas jóvenes y limitar la jornada a 35 horas sin reducción salarial.
Además, exigen la creación de una Consejería de Políticas Feministas que planifique, coordine y ejecute las políticas de igualdad, así como una Agencia de Prevención y lucha contra el Fraude y la Corrupción que garantice la protección de denunciantes y alertadores de corrupción.
En definitiva las mismas políticas de la extrema izquierda que ha seguido el desastroso Gobierno de la Nación.
Así pues, las políticas y propuestas de los bloques van de la Ceca a la Meca en sus diferencias electorales y reales respecto a las necesidades de los madrileños y, en conjunto de todos los españoles. Vamos por partes. ¿Qué es ceca y de dónde viene? Pues del árabe, claro está. Según la RAE, del término árabe hispánico sákka, y este, a su vez, del árabe clásico sikkah. La ceca, explica el diccionario, es la casa donde se labran las monedas y en Marruecos, la moneda en sí.
Parece ser que la expresión no siempre se ha usado con el artículo «la» delante y de ahí viene el lío. En El Quijote Cervantes escribió, en boca de Sancho: «…dejándonos andar de ceca en meca y de zoca en colodra, como dicen».
Y esa ausencia de artículo, así como que los dos nombres (ceca y meca) están escritos en minúscula, es a lo que se agarran algunos estudiosos (José María Iribarren entre ellos) para interpretar que no se refiere con ellos a lugares concretos (la Ceca y la Meca), sino que son «dos palabras empleadas como pronombres indefinidos o adverbios de lugar, y que el ceca y meca se dijo por sonsonete, como se dicen hoy muchas frases que pudiéramos llamar de repetición fonética».
Es decir, expresiones como «troche y moche», «tejemaneje» o «el oro y el moro». Meca, por tanto, carecería de significado y sería simplemente un juego de consonantes frente a ceca, que sí podría tener ese sentido de casa de moneda.
Pero hay más explicaciones. Ceca es como se llamó erróneamente en Córdoba a la mezquita, probablemente por similitud fonética entre ambas palabras: ceca y Meca. De hecho, Covarrubias aseguró en su Tesoro de la lengua castellana que Ceca era «cierta casa de devoción en Córdoba, a do los moros venían en romería; de allí se dijo “andar de Ceca en Meca”». También es de la misma opinión Diego Clemencín, conocido cervantista. Por tanto, para los seguidores de esta corriente, ir de la Ceca a la Meca haría alusión a la peregrinación a estos dos sitios igualmente sagrados, pero muy alejados entre sí.
Al hilo de ceca como casa donde se acuña la moneda, hay otras versiones que creen ver una intención de contraponer lo espiritual (la Meca) frente a lo material (la ceca). Y explican que para peregrinar a la Meca, deber sagrado de todo musulmán al menos una vez en la vida, debe antes ahorrarse mucho dinero por el importante desembolso económico que supone la peregrinación al santo lugar. Por tanto, la ceca aludiría a ese dinero, al capital necesario para emprender el viaje hacia lo sagrado: la Meca.
Hay todavía una versión más, la que dio el profesor P. Piulach, cirujano barcelonés, en 1970. Piulach cree que fueron los venecianos quienes introdujeron ceca como ‘casa de moneda’. La expresión denotaba la envidia que provocaban los antiguos y ricos mercaderes cuando se retiraban, después de haber viajado por medio mundo. Así, cuando los otros comerciantes en activo les veían, solían decir que lo habían recorrido todo, desde la Ceca a la Meca (dalla Zecca alla Meca).
En opinión de Piulach, la frase pasó a otros países hasta llegar a España a través de las cruzadas, por la relación de nuestro país con Nápoles y Sicilia, «y en la coalición con Génova y Venecia contra los turcos, que culminó en la batalla de Lepanto».
Expuestas quedan, pues, todas las cartas. Ahora, como diría Quevedo, «entre el clavel y la rosa, su majestad escoja».
Enrique Area Sacristán.
Teniente Coronel de Infantería. (R)
Doctor por la Universidad de Salamanca.