La psicología ha analizado de manera exhaustiva el comportamiento de los individuos, particularmente su motivación. En lo referente al impacto de la retribución sobre su comportamiento, podríamos encontrar ideas coincidentes con aquellas comentadas en los artículos publicados en los dos últimos meses sobre la falsa profesionalización de los Ejércitos publicadas en el «Correo Español”. La Teoría de las expectativas viene a señalar que la motivación de un individuo para actuar de una determinada manera depende de la relación existente entre las acciones y las recompensas recibidas a cambio, y el valor que la persona otorga a dichas recompensas. De este modo, el poder de los incentivos para motivar a un mayor esfuerzo dependerá de la relación que exista entre dicho esfuerzo y la probabilidad de alcanzar el resultado que permite lograr ese incentivo.
Quizá la idea más relevante que podemos extraer de esta visión es la que hace referencia a la justicia del sistema retributivo. Comenzando con los trabajos de Festinger, 1954, y Adams, 1965 psicólogos y sociólogos han desarrollado, enfatizado y analizado empíricamente la idea de que las personas se comparan unas con otras y desarrollan sensaciones de justicia y equidad que afectan a su comportamiento. Cuestiones como ¿Cuándo consideran los profesionales de los Ejércitos que su retribución es justa? ¿Deben los Ejércitos hacer públicos su sistema de retribución? ¿Se deben establecer diferencias entre los profesionales a la forma de retribuir y la cantidad? ¿Deben participar los profesionales en el proceso de diseño de la retribución? son tratadas desde la perspectiva psicosocial o microsociológica.
La idea básica es enormemente simple e indica que la motivación y, en definitiva, el rendimiento de un profesional depende directamente de lo justa o equitativa que considere la retribución que recibe a cambio de su trabajo. Esta percepción de justicia no sólo afecta a la motivación del profesional, sino que también determina la decisión de aceptar la oferta de empleo y, por tanto, la autoselección de los aspirantes. La insatisfacción en el profesional que se deriva de la percepción de injusticia, inequidad, puede precipitar la marcha de los profesionales más preparados y el rechazo de los jóvenes a auto reclutarse. El riego para la Institución es evidente al incrementar la posibilidad de perder profesionales clave en puestos de trabajo en los que se exige una cualificación determinada y específica, con el consiguiente efecto pernicioso sobre la capacidad de los diferentes escalones logísticos que es donde más especialistas hay. Podemos hablar de dos tipos de justicia, la justicia distributiva y la justicia de procedimientos. La primera de ellas hace referencia a lo justa que es la distribución de las recompensas repartidas entre los profesionales que coincidiría con los Complementos del salario. Por su parte, el segundo considera lo justo o injusto que les parece a los profesionales el “procedimiento” seguido para determinar las retribuciones. De este modo, el primer concepto enfatiza la relevancia de la dispersión salarial, mientras que el segundo pone su énfasis en el procedimiento que se establece para determinar las retribuciones. Aunque ambos tipos de justicia están correlacionados, la evidencia indica que se trata de conceptos distintos y con importantes implicaciones para la Institución, Baron y Kreps, 1999.
Si la comparación entre lo aportado por estos profesionales, trabajo y esfuerzo, y lo recibido a cambio, el salario mínimo interprofesional, 1200 euros, son desiguales en relación a otros individuos a los que se exige la misma preparación, la ESO en la Guardia Civil al igual que en los Ejércitos, , el comportamiento final será diferente. Según la Teoría de la Equidad, Adams, 1965, las personas establecemos comparaciones con otros individuos de similar puesto de trabajo, en base al cociente entre lo aportado y lo recibido a cambio. Si el cociente de un profesional es mayor que el de otro, esto es, aporta en términos relativos más de lo que recibe, el primero lleva a cabo acciones que buscan equilibrar esa desigualdad. Entre esas acciones, y dentro del ámbito de la Institución, podríamos incluir, por ejemplo, las tendentes a variar la aportación o la recompensa como ofrecer un menor rendimiento, alterar el grupo de referencia, o incluso abandonar la organización.
Dos conceptos importantes asociados a estas ideas de justicia y equidad en el caso de la retribución son la equidad interna y externa. Mientras que la primera se refiere a lo que se considera una retribución justa dentro de la estructura de la Institución, la segunda, más importante coyunturalmente hablando en los tiempos que corren, hace referencia a lo que otras Instituciones, Guardia Civil y Policía Nacional, pagan por realizar un trabajo de similares misiones.
Esta última es la base de la injusticia e inequidad en el salario no sólo de las Clases de Tropa, que es una verdadera ignominia, sino en todos los empleos y Escalas de los Ejércitos en comparación con Instituciones hermanas.
Enrique Area Sacristán.
Teniente Coronel de Infantería. (R)
Doctor por la Universidad de Salamanca