Los componentes oficiales de la izquierda española, el sanchismo, han dado asiento a los antisistema en el Gobierno de España, como si fuera un virus maligno para imponer sus banderías. Y para lograrlo, están dispuestos a renunciar a todos sus supuestos postulados. Solo tienen una idea, aunque sea con la guillotina que tanto les gusta. Tumbar la democracia.
Empezando por la Transición y la Constitución, la Jefatura del Estado y todas las instituciones democráticas. Son bolivarianos españoles, como Ortega, Maduro y Evo Morales sátrapas de la hambruna e ignorantes de la Historia. Y como todo fanatismo ideológico, el populismo de la izquierda es una pura contradicción. Ya lo decía su líder, el de la coleta sin montera. «Hacer política es cabalgar contradicciones». Y vaya si las tienen, con la convivencia del PS sin O y sin E. Se presentan como pacifistas y apoyan la barbarie de Putin, se arrodillan ante la espada de un burgués traidor como Simón Bolívar, si hoy viviera se pudriría en una cárcel de La Habana o de Caracas. Ese «libertador» fue un burgués potentado, ilustrado y masón, que empezó como liberal y acabó como dictador. Un español traidor a la patria a la que debía todo lo que fue. Esta es la ignorancia de la izquierda, crear polémica contra el Rey por no rendir homenaje a un trozo de metal que no es ningún símbolo de libertad, sino una reliquia de la religión bolivariana. Enemiga de la libertad y de España. Es lo que el Rey evitó quedándose sentado ante uno de los símbolos de la hispanofobia y de la leyenda negra de los ignorantes. Una vez más, el Rey supo estar en su sitio. No los que se quieren cargar el régimen del 78, es decir, la Constitución. Todo les vale para darnos la murga con la vieja historia de los españoles derrocando a la España democrática.
«La atormentada tierra de España». Esa era la verdad en la época de don Antonio Machado y quizás siga siendo la calificación adecuada de ahora mismo. Con la situación actual de España, en un ambiente de crispación, enfrentamientos y deterioro, hay demasiadas bocas cerradas y se echan en falta las supuestas voces autorizadas de intelectuales y personas relevantes de las distintas capas sociales, que pongan el dedo en la llaga y enarbolen la adecuada protesta ante la gravedad de los hechos. Con una España al borde de la ruptura, porque el Gobierno socialista ha pactado con lo que quieren romperla; con un Gobierno sustentado por todos los ismos: comunismo, separatismo, terrorismo y sectarismo, que quiere hacer de España la Venezuela de Europa, ¿a dónde vamos? ¿Qué clase de patriotismo tiene esta izquierda, la peor que ha habido en España hasta la fecha? En un pasado todavía reciente, las mentes privilegiadas de la izquierda española querían y deseaban lo mejor para su patria y tenían claro el concepto de unión y solidaridad. Estas palabras las pronunció Machado cuando ya su exilio a Francia estaba muy próximo: «Cuando pienso en un posible destierro en otra tierra que no sea esta atormentada tierra de España, mi corazón se turba y conturba de pesadumbre. Tengo la certeza de que el extranjero sería para mí la muerte».
Termino con mi definición de la democracia, «es la de Lincoln». Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo…
De «El debate», composición.