Para comprender el verdadero poder de la artillería rusa, debemos detenernos sobre todo en este concepto táctico de vital importancia. Los análisis que solo tengan en cuenta, o se centren simplemente en las capacidades de las plataformas, como alcance. tipos de munición, etc. no dejan de ser visiones miopes que olvidan cómo trabaja la artillería en coordinación con los sensores y el mando y control, algo que es vital para comprender sus capacidades.
Al final de la era soviética, en la URSS se habían desarrollado dos conceptos: el Complejo Reconocimiento-Fuego (ROK) y el Complejo Reconocimiento-Ataque (RUK). Básicamente lo que introducían eran kill–chains que unían los sensores. transmisiones, y sistemas automatizados de mando y control con los sistemas de fuego, de modo que se acortaba sensiblemente el ciclo sensor-toshooter. Estamos hablando de lograr avances hacia un tipo de batalla sin contacto, con sistemas de ataque y fuego a distancia que se enfrentan a las fuerzas de maniobra y en donde la toma del terreno no es lo decisiva de cara al resultado. El ROK hacía referencia al nivel táctico. es decir, los sistemas de fuego eran los obuses y MLRS (lanzacohetes múltiple), y el RUK al operacional/estratégico, haciendo referencia por tanto, misiles de crucero, balísticos, aviación, etcétera. El que nos interesa en este artículo es el ROK en su versión revisada ya en el siglo XXI: el Sistema de Reconocimiento-Ataque (ROS), si bien es cierto que los alcances de los MLRS rusos hacen que cada vez más la línea entre lo operacional y táctico sea más difusa (Kofman et al. 2021).
Antes de continuar, hay que distinguir el ROK del Complejo de Artillería (AK). que los rusos lo definen como «un conjunto de piezas de artillería y sistemas que proporcionan el control de fuego, el reconocimiento para la determinación de las coordenadas del objetivo, así como los preparativos balísticos, meteorológicos y topográficos».
La importancia del concepto de ROS queda bien ejemplificada en el caso de lrak contra la coalición, en2003. lrak tenía todavía en esa época un impresionante arsenal de artillería de cohetes. Pero sin los elementos para detectar objetivos, fue de poca utilidad y su potencial potencia de fuego no se pudo explotar, pasando a ser nula en la práctica. El ROS permite a los elementos de fuego (MLRS, ATP, remolcada) aumentar su poder de combate exponencialmente, especialmente mientras mayor es la distancia. Si a mayor distancia, menor es la eficacia de los MLRS en especial, por la dificultad de localizar objetivos, en un ROS esta no se ve degradada, Incluso en el caso del veterano obús autopropulsado 2S3 Akatsiya, el uso asociado con los drones Orlan-10 ha mejorado la eficacia en combate del anterior en más de un 40%.
Además de localizar objetivos, los drones integrados en el ROS sirven para proporcionar las coordenadas exactas de estos gracias al GLONASS (Global Navigation Satellite Systern), y corregir el tiro de la artillería en tiempo real. lo que ha permitido ahorrar una gran cantidad de disparos en combate real -de un orden de 30 veces menor- y tiempo para la destrucción de un objetivo, lo que a su vez ha hecho posible empeñar un número mayor en el mismo tiempo y reducir la carga logística.
Los UAV son fundamentales en el ROS, y suelen ser el elemento principal en muchas ocasiones, pero no son tampoco la panacea, ya que están expuestos a numerosos factores que pueden hacer inviable/poco efectivo su vuelo. Como hemos visto, la mayoría de los drones del Ejército ruso, y más en concreto, los que dan apoyo a las unidades de artillería. son de pequeño tamaño. Esto implica dos cosas: 1) que son más susceptibles de verse afectados por la meteorología en su vuelo. Algo tan sencillo como las nubes pueden inutilizar a los drenes, en especial los de mayor tamaño que han de volar a mayor altura y 2) la calidad de sus sensores es menor, limitados como están por la carga útil del dron.
En cualquier caso, para eso están los servicios meteorológicos del Ejército: para poder saber con anticipación las condiciones en las cuales los drones van a operar y, por tanto, la efectividad de su artillería. y por supuesto, del resto del conjunto de unidades.
El peso también limita la complejidad de los equipos y su protección ante la guerra electrónica enemiga, con algún caso reportado por los ucranianos de Orlan-10 interferido por las fuerzas gubernamentales de Kiev. Todo esto sin tener en cuenta que las limitaciones tecnológicas rusas hacen que drones como los Orlan-10, los más utilizados en el ROS. utilicen distintos sistemas comerciales civiles (occidentales, por cierto) más vulnerables a la guerra electrónica. Tengamos en cuenta que Rusia ha estado tradicionalmente muy atrasada en toda la tecnología de drones. algo que quedó más que evidente en la guerra de 2008 contra Georgia. Sin embargo, ha seguido una política muy inteligente, a pesar de sus carencias tecnológicas y de la falta de acceso a la tecnología foránea tras las sanciones por la agresión a Ucrania, lo que le ha permitido en parte revertir esta situación.
En una primera etapa que va desde el 2008 hasta la década pasada, la industria militar rusa desarrolló (aunque con mucho material foráneo) diversos drones de corto alcance, con los cuales sus fuerzas armadas se dotaron en gran número (hasta 1.500 para su Ejército según algunas estimaciones). En un primer momento, cada brigada contó con su propia compañía de drones, realizando numerosos ejercicios, generando su propia doctrina de empleo y adaptándose a las particularidades de la guerra moderna. Esto hay que tenerlo en cuenta, ya que a veces se mira por encima del hombro los drones de menor calidad rusos. Pero a diferencia de otros ejércitos que se han quedado en la guerra de los 90, salvo por adquisiciones anecdóticas, las Fuerzas Armadas rusas sí han logrado aumentar su poder militar en gran medida gracias a estos multiplicadores de fuerza, tal y como hemos visto en el caso de la artillería. De todos modos, en los últimos años Rusia está poniendo también a punto drones de tipo MALE con una mejor carga de sensores y que se ven menos afectados por el viento. lo cual también será otra aportación beneficiosa para su artillería.
Además de las brigadas o divisiones de armas combinadas, los regimientos y brigadas de artillería cuentan con una compañía de UAV,s orgánica. En el caso de las primeras, están formadas por dos pelotones de drones de corto alcance. Uno de ellos va dotado con el Orlan-10 y el Tachyon-4. El otro, con los distintos modelos de Granat -1 /2/3/4, Zastava. Tachyon y Eleron. El más famoso es el Orlan-10, que lleva una carga variada. En unas ocasiones, lleva las típicas cámaras de vídeo y térmicas. En otras, trabajando en coordinación con los que llevan las cámaras, un sensor para misiones de reconocimiento radioeléctrico. De la composición de las unidades de drones en los regimientos o brigadas de artillería tenemos menos información, pero parecen ser compañías compuestas no sólo por los Orlan-10 y otros drones de reconocimientos menores. sino que disponen de equipos con los Orlan-30 para designar con láser los objetivos a las municiones inteligentes. Como curiosa muestra del estrecho trabajo que llevan a cabo los componentes de la compañía de UAVs y las unidades de artillería. los operadores de drones de la 19ª Brigada de Infantería Mecanizada suelen aparecer en las fotos junto a los artilleros de la misma brigada en el Donbás.
En un futuro próximo, drones con capacidad de ataque y corto radio de acción se incorporarán a estas compañías. como el UAV Kosar, pero esto de ningún modo sustituye a la potencia de fuego que da el uso combinado de la artillería y los drones, tanto con la corrección de fuego como a la hora de guiar los proyectiles tipo Krasnopol.
El ROS se practica continuamente en las maniobras militares rusas, de manera que los componentes del sistema quedan perfectamente integrados entre sí y con el resto de la unidad.
Por último. respecto al uso de la guerra electrónica y la artillería. equipos como el Borisoglebsk 2 permiten la localización de las emisiones radioelectrónicas enemigas a decenas de kilómetros con una precisión de unos 100 metros. Esas coordenadas pueden ser proporcionadas a la artillería a través del ESU TZ y a las compañías de UAVs. para identificar, corregir el tiro y evaluar daños.
A pesar de todo lo indicado, las unidades de reconocimiento. incluidas las de largo alcance, son necesarias. Y es que hay objetivos que no pueden ser detectados por drones. aviones o satélites y que requieren del elemento a pie tras las líneas enemigas. Hemos visto las limitaciones de la observación aérea a través de drones. Por su parte. la aviación no siempre está disponible debido a las defensas aéreas enemigas, las nubes. la falta de persistencia, lo limitado de los recursos disponibles. etc. El reconocimiento por unidades especializadas no sólo sirve para detectar objetivos importantes bien mimetizados en zona enemiga, sino también para discriminar los objetivos falsos, señuelos, realizar evaluación de daños. etc. No siempre se puede evitar el contacto con el enemigo a la hora de realizar los fuegos. Es ahí donde juegan un papel importante los batallones de reconocimiento presentes en todas las brigadas y divisiones de armas combinadas o de las VDV rusas. Son otro input en el ROS.
Los MLRS de mayor alcance se pueden beneficiar de compañías razvedchiki de reconocimiento de largo alcance encuadradas en los batallones de reconocimiento. Estas se infiltran en la profundidad de las líneas enemigas. en helicóptero, por ejemplo. Una vez allí, con medios de observación avanzados donde podemos destacar el sensor Ironía. pueden detectar posibles objetivos. Gracias al Complejo de Reconocimiento, Control y Comunicación (KRUS) «Strelets», son capaces de dirigir los ataques de artillería.
Por último, los Spetsnaz de la inteligencia militar (GRU). militares en ropa civil. o elementos de unidades irregulares, son muy útiles a la hora de asistir en la adquisición de blancos, tal y como hicieron en la Guerra de Ucrania. en batallas tan emblemáticas como la de Debal’tseve (Fox. 2017).
El ROS actual es mucho más que un drone asociado a la artillería, un concepto desactualizado diríamos. Ahora se está intentando basar en la recopilación de información de objetivos por todas las unidades involucradas en el área de operación. Estamos hablando por tanto de una sola red de información, en la cual los sensores distribuidos por el campo de batalla (unidades de reconocimiento. carros, drones, infantería. o cualquiera que pueda observar y transmitir) transmiten datos sobre posibles objetivos al cuartel general. Este luego distribuye los objetivos entre las baterías teniendo en cuenta diversos factores. Este luego distribuye los objetivos entre las baterías teniendo en cuenta diversos factores como el meteorológico. protección del objetivo. moral de la tropa, etc. Además de la cantidad de munición a consumir. duración del ataque, etcétera. Este concepto de guerra en red ha sido posible a nivel táctico en las fuerzas terrestres rusas (excepto las VDV que van por su cuenta con el AndromedaD) gracias al ESU TZ que veremos en el siguiente artículo, uno de los subsistemas que pertenecen al ESU TZ, aunque actúa independientemente también. y que ha siclo el primero en permitir un ROS centrado en red, es el Strelets, o su versión más moderna, el Strelets-M.
Componentes de los que hablaremos en futuros artículos, analizados por Francisco José Matías Bueno.