Antes de tomar una postura lo más neutral y objetiva posible, pues como español defiendo la neutralidad histórica de nuestra Nación que tiene su fundamento en su participación al margen de las dos grandes Guerras, he realizado un trabajo de enciclopedia para saber cuáles son los orígenes y antecedentes de este conflicto entre Rusia y Ucranía, documentado en los Protocolos de Minsk de 2014 y 2015.
Pero antes de desarrollar resumidamente los Acuerdos de Minsk hay que tener en cuenta el protagonismo que tienen los actores históricos que se encuentran en el transfondo y se enfrentan verdaderamente en Ucrania: EE.UU/OTAN-RUSIA/PAÍSES AUTORITARIOS.
A inicios de su presidencia, George W. Bush tuvo su primera cumbre con Vladimir Putin en Eslovenia, tras la cual calificó así al presidente ruso: “Miré al hombre a los ojos, y pude ver que era franco y confiable. Vislumbré su alma”.
Siete años después, como Secretaria de Estado, Hillary Clinton intentaba enmendar la deteriorada relación bilateral que Bush legaba a la administración Obama. Lo hacía presentando al canciller ruso, Serguéi Lavrov, una caja con un botón rojo con la palabra “Reiniciar”. Luego lo instó a presionar el botón, para devolver la relación bilateral a fojas cero.
Siete años después Hillary Clinton, frustrada por el deterioro de la relación bilateral, respondía así al comentario de George W. Bush: “Putin fue un agente de la KGB, así que por definición no tiene alma”.
Donald Trump no fue el primer presidente que comenzó su mandato buscando enmendar la relación con Rusia, ni es tampoco el primero al que el tiro le sale por la culata. Ello se debe en parte a que existen genuinos conflictos de interés entre ambos países.
Pongamos dos ejemplos de ello. De un lado, China tiene a los Estados Unidos como principal destino de sus exportaciones, sus reservas internacionales albergan 1.3 trillones en bonos del tesoro estadounidense, busca ser admitida como “economía de mercado” dentro de la OMC, y busca incrementar su aporte de capital y su poder de decisión en entidades como el FMI, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo. Es decir, China prioriza su crecimiento dentro de las normas del sistema internacional de posguerra, creado por los Estados Unidos y sus aliados. Un sistema en el que Rusia es un convidado de piedra, cuyas exportaciones dependen en lo esencial de hidrocarburos y armas, rubros en los que sus intereses suelen estar en conflicto con los de Estados Unidos.
De otro lado, existen intereses en conflicto entre la OTAN y Rusia en temas como la relación que esos actores sostienen tanto con los antiguos aliados rusos del Pacto de Varsovia, como con las ex repúblicas soviéticas, con el caso de Ucrania como ejemplo más prominente. El que hablemos de Estados que o bien fueron aliados rusos o bien fueron junto con Rusia parte de un mismo país, revela el hecho de que, desde la perspectiva rusa, sus acciones tienen un propósito defensivo: proteger su antigua esfera de influencia.
Visto desde esta perspectiva inicial el conflicto histórico entre EE.UU y Rusia, podemos pasar a analizar los Protocolos de Minsk cuya falta de cumplimiento por todas las partes ha dado lugar a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, una de las partes interesadas.
El Protocolo de Minsk de 2014 (Minsk I) es un acuerdo para poner fin a la guerra en el este de Ucrania, firmado por representantes de Ucrania, la Federación Rusa, la República Popular de Donetsk (DNR) y la República Popular de Lugansk (LNR) el 5 de septiembre de 2014. Fue firmado después de extensas conversaciones en Minsk, la capital de Bielorrusia, bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El acuerdo, que siguió a varios intentos previos para detener los combates en la región de Donbass en el este de Ucrania, implementó un alto el fuego inmediato. Sin embargo, el acuerdo falló en su objetivo de parar todos los combates en el este de Ucrania.
El acuerdo fue formulado por el Grupo de Contacto Multilateral (“Trilateral”) sobre Ucrania, compuesto por representantes de Ucrania, Rusia y de la OSCE. El grupo se creó en junio como una forma de facilitar el diálogo y la resolución de la disputa en el este y el sur de Ucrania. Las reuniones del grupo, junto con representantes informales de las secesionistas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, tuvieron lugar el 31 de julio, 26 de agosto, 1 de septiembre y 5 de septiembre. Los detalles del acuerdo, firmado el 5 de septiembre, se asemejan en gran parte al plan de paz de quince puntos, propuesto por el presidente ucraniano Petró Poroshenko el 20 de junio. Los siguientes representantes firmaron el documento:
- La diplomática suiza y representante de la OSCE Heidi Tagliavini
- El expresidente de Ucrania y representante de Ucrania Leonid Kuchma
- El embajador ruso en Ucrania y representante ruso Mijaíl Zurábov
- Los líderes de DNR y LNR Alexánder Zajárchenko e Ígor Plotnitski
El texto del protocolo consistía en doce puntos:
- Asegurar un alto al fuego bilateral inmediato.
- Garantizar la supervisión y verificación del alto al fuego por la OSCE.
- Una descentralización del poder, incluso a través de la aprobación de una ley ucraniana sobre «arreglos provisionales de gobernación local en algunas zonas de los Óblasts (regiones) de Donetsk y Lugansk» («ley sobre el estatuto especial»).
- Asegurar la monitorización permanente de la frontera ruso-ucraniana y su verificación por la OSCE, a través de la creación de zonas de seguridad en las regiones fronterizas entre Ucrania y la Federación Rusa.
- Liberación inmediata de todos los secuestrados y de todas las personas detenidas ilegalmente.
- Una ley sobre la prevención de la persecución y el castigo de las personas relacionadas con los hechos que han tenido lugar en algunas áreas de los Óblasts de Donetsk y Lugansk, excepto en los casos de delitos que sean considerados graves.
- La continuación del diálogo nacional inclusivo.
- Toma de medidas para mejorar la situación humanitaria en el región de Donbass, en el este de Ucrania.
- Garantizar la realización anticipada de elecciones locales, en conformidad con la ley ucraniana (acordada en este protocolo) sobre «los arreglos provisionales de gobierno local en algunas áreas de los Óblasts de Donetsk y de Lugansk» («ley sobre el estatuto especial»).
- Retirada de los grupos armados ilegales, equipo militar, así como de los combatientes y de los mercenarios de Ucrania.
- Aprobación del programa de recuperación económica y reconstrucción de la región de Donbass, en el este de Ucrania.
- Garantizar la seguridad personal de los participantes en las negociaciones.
El protocolo de Minsk de 2015 (Minsk II es el nombre del acuerdo), firmado el 12 de febrero de 2015, en el que los gobernantes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania buscaron aliviar la guerra del Donbás. La conferencia que llevaron a cabo, supervisada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), fue organizada como respuesta al fracaso del primer cese de fuego. Algunas de las medidas acordadas incluían un alto el fuego incondicional para ser observado por la OSCE, a partir del 15 de febrero, la retirada de las armas pesadas del frente de combate, la liberación de los prisioneros de guerra, y la reforma constitucional en Ucrania.
Los sucesivos intentos de resolver la guerra del Donbás no tuvieron resultados hasta el inicio del mes de febrero de 2015. Si bien el Protocolo de Minsk del 5 de septiembre de 2014 redujo significativamente los combates en la zona de conflicto durante varios meses, pequeñas escaramuzas continuaron. Al principio de enero de 2015, el conflicto entre las fuerzas separatistas de la República Popular de Donetsk (RPD), la República Popular de Lugansk (RPL) y las fuerzas ucranianas se intensificó, lo que resultó en el colapso total del alto el fuego acordado en el Protocolo de Minsk. El 21 de enero, después de intensos combates, el simbólicamente importante Aeropuerto Internacional de Donetsk fue capturado por las fuerzas de la RPD. El aeropuerto era la última parte de la ciudad de Donetsk que había estado bajo el control de Ucrania. Tras esta victoria, las fuerzas separatistas pulsaron su ofensiva en el importante nudo ferroviario y de carreteras de Debáltsevo a finales de enero. La reanudación de estos intensos combates causó gran preocupación en la comunidad internacional.
El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, presentaron un nuevo plan de paz el 7 de febrero de 2015. El plan franco-alemán, elaborado tras conversaciones con el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, y el presidente ruso, Vladímir Putin, fue visto como un renacimiento del Protocolo de Minsk. Hollande dijo que el plan era la «última oportunidad» para la resolución del conflicto.
Frente a continuos éxitos de los separatistas, el gobierno estadounidense comenzó a ponderar si la ayuda militar a Ucrania, incluyendo el envío de armas letales, debería ser aumentada. La nueva iniciativa alemana y francesa surgió en respuesta a los informes que la asistencia letal estaba ahora bajo consideración estadounidense. Merkel se dirigió a Putin sobre la crisis, quién envió una carta a los líderes de Alemania y Francia con sus ideas. Funcionarios occidentales dijeron que el plan de Putin era imposible de aceptar, ya que, al parecer, se estaban proponiendo líneas de frontera nuevas y más expansivas para las regiones en poder de los separatistas y se proponía la autonomía jurídica para esas regiones. Más tarde, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, llamó al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, para hacerle saber que Alemania y Francia estaban preparando una contrapropuesta. Los estadounidenses insistieron en que los europeos discutieran sus ideas con las autoridades ucranianas, y dos días más tarde, después de una reunión con Poroshenko, Merkel y Hollande volaron a Moscú para encontrarse con Putin.
Una cumbre para discutir la implementación del plan diplomático franco-alemán fue programada para el 11 de febrero en el Palacio de la Independencia en Minsk, capital de Bielorrusia. A ella asistieron Putin, Poroshenko, Merkel, Hollande, el líder de la RPD, Alexánder Zajárchenko, y el líder de la RPL, Ígor Plótnitski. Las negociaciones continuaron durante la noche durante dieciséis horas y, según el ministro de Relaciones Exteriores alemán, fueron «muy difíciles». Después de las conversaciones, se anunció el 12 de febrero que las partes en conflicto habían acordado un nuevo paquete de medidas de pacificación.
El 14 de febrero, horas antes del inicio de la nueva tregua de Minsk II, el área de Debáltsevo sufrió importantes combates y la guerra se aproximaba nuevamente más a las alrededores de Mariúpol. Dos días después, el presidente de la RPD, Aleksandr Zajárchenko, recibió un disparo durante una batalla con las fuerzas ucranianas en el centro de Debáltsevo, la batalla se desarrollaba en las calles centrales de la ciudad. Las operaciones de desarme de los combatientes del Ejército y de la Guardia Nacional de Ucrania se ejecutaron bajo los bombardeos de la artillería ucraniana en Debáltsevo. La tregua se rompió la primera semana de junio con una escalada intensa de la violencia en torno a Márinka y en la práctica totalidad de las fronteras de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk.
El texto completo del acuerdo fue el siguiente:
- Alto el fuego inmediato y completo en determinados distritos de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk y su estricto cumplimiento a partir de las 00:00 de la medianoche (Hora de Kiev) del 15 de febrero de 2015.
- Retirada de todas las armas pesadas por ambos lados, a distancias iguales, con el objetivo de la creación de una zona de seguridad de 50 kilómetros de distancia mínima, para la artillería de 100 mm de calibre o más, y una zona de seguridad de 70 kilómetros, para sistemas de lanzacohetes múltiples (MLRS), y de 140 kilómetros para los MLRS «Tornado-S», «Uragan», «Smerch» y los sistemas de misiles tácticos «Tochka U»:
- para las tropas ucranianas, de la línea real de contacto (frente de combate);
- para las formaciones armadas de determinados distritos de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk, de la línea de contacto, en conformidad con el Memorando de Minsk del 19 de septiembre de 2014.
La retirada de las armas pesadas antes mencionadas debe comenzar a más tardar el segundo día después del inicio del alto el fuego y terminar dentro de 14 días.
Este proceso será asistido por la OSCE con el apoyo del Grupo de Contacto Trilateral.
- El efectivo seguimiento y verificación del alto el fuego y de la retirada de las armas pesadas por la OSCE se prestará desde el primer día de la retirada, utilizando todos los medios técnicos necesarios, tales como los satélites, aviones no tripulados, sistemas de radio-localización, etc.
- En el primer día después de la retirada, el diálogo se iniciará sobre las modalidades de realización de elecciones locales, en conformidad con la legislación de Ucrania y la Ley de Ucrania «sobre la orden temporaria de autonomía local en determinados distritos de las provincias de Donetsk y Lugansk», y también sobre el futuro de estos distritos, sobre la base de la ley antes mencionada.
- Sin demoras, pero no más tarde de 30 días a partir de la fecha de firma de este documento, la resolución tiene que ser aprobada por el Parlamento de Ucrania, indicando el territorio que se encuentra bajo el régimen especial en conformidad con la ley «sobre la orden temporaria de autonomía local en determinados distritos de las provincias de Donetsk y Lugansk», basada en la línea establecida por el Memorando de Minsk del 19 de septiembre de 2014.
- Proporcionar indulto y amnistía a través de la promulgación de una ley que prohíba la persecución y castigo de las personas en relación con los acontecimientos que tuvieron lugar en determinados distritos de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk.
- Proporcionar la liberación y el intercambio de todos los rehenes y las personas retenidas ilegalmente, con base en el principio de «todo para todos». Este proceso tiene que terminar – lo más tarde – en el quinto día después de la retirada (de armas).
- Proporcionar, con seguridad, el acceso, la entrega, el almacenamiento y la distribución de la ayuda humanitaria a los necesitados, sobre la base de un mecanismo internacional.
- Definir las modalidades de un pleno restablecimiento de las relaciones sociales y económicas, incluidas las transferencias sociales, como los pagos de pensiones y otros pagos (rendimientos y ingresos, el pago puntual de las facturas comunales, la restauración de los pagos de impuestos en el marco del ámbito jurídico ucraniano). Con este objetivo, Ucrania restaurará la gestión sobre el segmento de su sistema bancario en los distritos afectados por el conflicto, y, posiblemente, se establecerá un mecanismo internacional para aliviar este tipo de transacciones.
- Restaurar al gobierno de Ucrania el control de la frontera del estado en toda la zona de conflicto, la cual (la restauración) tiene que empezar el primer día después de la elección local y acabar después de la regulación política completa (elecciones locales en determinados distritos de las provincias de Donetsk y Lugansk, con base en la ley de Ucrania y la reforma constitucional) a finales de 2015, con la condición del cumplimiento del punto 11 – en las consultas y de acuerdo con los representantes de determinados distritos de las provincias de Donetsk y Lugansk, en el marco del Grupo de Contacto Trilateral.
- Retirada de todas las formaciones armadas extranjeras, equipo militar, y también mercenarios desde el territorio de Ucrania bajo la supervisión de la OSCE. Desarme de todos los grupos ilegales.
- La reforma constitucional en Ucrania, con una nueva Constitución que entre en vigor a finales de 2015, el elemento clave de la cual es la descentralización (teniendo en cuenta las peculiaridades de determinados distritos de las provincias de Donetsk y Lugansk, de acuerdo con los representantes de estos distritos), y también la aprobación de legislación permanente sobre la situación especial de determinados distritos de las provincias de Donetsk y Lugansk, de acuerdo con las medidas enunciadas en la nota adjunta,n. 1 a finales de 2015.
- Con base en la Ley de Ucrania «sobre la orden temporaria de autonomía local en determinados distritos de las provincias de Donetsk y Lugansk», las cuestiones relacionadas con las elecciones locales serán discutidas y acordadas con los representantes de los distritos particulares de las provincias de Donetsk y Luhansk en el marco del Grupo de Contacto Trilateral. Las elecciones se celebrarán de conformidad con las normas pertinentes de la OSCE y serán supervisadas por la OSCE/OIDDH (Oficina para Instituciones Democráticas y Derechos Humanos).
- Intensificar el trabajo del Grupo de Contacto Trilateral incluso mediante el establecimiento de grupos de trabajo sobre la aplicación de los aspectos pertinentes de los acuerdos de Minsk. Ellos reflejarán la composición del Grupo de Contacto Trilateral.
El 21 de febrero de 2022, Rusia reconoció la independencia de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, dos estados autoproclamados independientes en la región de Dombás en el este de Ucrania, y envió tropas a esos territorios. Al día siguiente, el Consejo de la Federación de Rusia autorizó por unanimidad a Putin a utilizar la fuerza militar fuera de las fronteras de Rusia.El ataque se inició tras varios meses de tensión diplomática por la concentración de aproximadamente 190 000 soldados rusos en las fronteras de Ucrania que empezó a finales de 2021.
El Acuerdo de Minsk, que nunca se cumplió, quedó en sobre papel pero no se materializó, el día 22 de febrero de 2022 Estados Unidos y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) le declaran un paquete de sanciones a la Federación Rusa, acusando a Rusia de violar los acuerdos (siendo acusados a su vez por parte de Rusia).
El 24 de febrero de 2022 comienza lainvasión rusa a Ucrania en un episodio bélico en curso a gran escala, que forma parte de la guerra ruso-ucraniana comenzada en 2014. Algunas fuentes sostienen que es el mayor ataque militar convencional en suelo europeo desde las guerras yugoslavas, o incluso desde la Segunda Guerra Mundial, y ha sido comparada con la guerra de Estados Unidos contra Afganistán, finalizada pocos meses antes. Algunos países como China e India, no califican el acto como una invasión.
La invasión estuvo precedida por una acumulación militar rusa que comenzó a principios de 2021, durante la cual el presidente de Rusia Vladímir Putin, criticó la ampliación de la OTAN posterior a 1997 por considerarla una amenaza para la seguridad de su país y exigió que se cumplieran los acuerdos entre James Baker y Mijaíl Gorbachov de 1989, que habían establecido que no se extendería hacia el Este. A pesar de las acumulaciones militares, los funcionarios rusos desde mediados de noviembre de 2021 hasta el 20 de febrero de 2022 negaron repetidamente que Rusia tuviera planes de invadir Ucrania.