Hemos de remontarnos a 2014 para comprender el tira y afloja entre Vladimir Putin, dirigente sovietico, y Joe Biden americano. En medio la OTAN, como fuerza de choque americano-europea. En dicho año, Rusia se anexiona la peninsula de Crimea y acto seguido fomenta la división entre Provincias (Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) ) de Ucrania, favorables o nó al pensamiento del Kremlin, instigador mediante ayudas y proporcionando documentación rusa a unos 600.000 ucranianos, como ciudadanos rusos y ayudas armamentistas a los insurgentes prosovieticos.
El cisma está servido. El Presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, vista la agresión rusa, mira como opción de futuro apoyarse en Europa y su sistema de defensa, la OTAN. Por otro lado ve como el PIB cae un 15% y la industria ucraniana un 25%; siendo sometida Ucrania al gaseoducto ruso que desde el Mar Baltico atraviesa Bielorrusia y suelo patrio ucraniano, con compensaciones muy importantes para su economia, haciendoles dependientes de Rusia.
Así pues con este panorama, llegamos a 2018 con movimientos militares en torno a la base rusa de Sebastopol y construcción reciente del gaseoducto NORD STREAM 2,para suministro gas a Alemania, totalmente dependiente de Rusia, máxime en invierno, a través de Báltico, evitando Bielorrusia y Ucrania, con el subsiguiente ahorro en el cobro de impuestos. Con ello Rusia,se asegura un aliado europeo antiarmamentista favorable a no aglomeración de armamento de OTAN en la frontera rusa, sabiendo que Rusia tiene el mayor potencial nuclear del mundo.
A sacar tajada de todo lo anterior, llega Joe Biden, llevando 10.000 soldados americanos al conflicto y fronteras occidentales rusas, con ofrecimiento de gas licuado americano llevado a Europa desde América, mas caro y metiendo los famosos Patriot en Taiwan, para su defensa frente a China que, a su vez, se solidariza con Rusia a través del eje Beijing-Moscú.
El pulso está servido. A mayor abundamiento, entran en acción Emmanuel Macrom y Olaf Scholz, representando a Francia y Alemania, en contra del conflicto armado y con un Boris Johnson, en apoyo sempiterno a EEUU y su politica de «control» del mundo económico y petición de multas por doquier a Moscú y sus dirigentes, con incautación de los millonarios fondos rusos depositados en Gran Bretaña.
Es el tipo de guerra actual que, además de no interesar a nadie, se ejerce con un control del pulso favorable a, en todo caso, «la guerra fria», «tan socorrida y que deja en evidencia la valentía del Presidente español, para movilizar fragatas y corbetas al entorno del conflicto, como si a Rusia, con 100.000 efectivos en la frontera ucraniana, se le fuera a amilanar al ver nuestra flotilla por el Mar Negro. Ilusos totales, frente a un Putin que toma notas, de los osados mas tontos del mundo.
Manuel Rosa Recuerda (Promotor UDGC)
Querer llegar a ser bueno,es gran parte de la bondad(Publio Siro)