¿Cómo tienen que ser las mujeres según el refranero?

«A la mujer en su casa nada le pasa» (España)

El ideal de mujer pasa por la bondad, la lealtad, el decoro, la honradez y la obediencia, esto es, el estereotipo tradicional de mujer sumisa, trabajadora, hacendosa, reposo del guerrero, buena madre y callada, para finalmente caer en la cruda realidad: la utilización y necesidad de la mujer por parte del hombre.

«La mujer es un mal necesario» (España)

«El dinero y la mujer, en la vejez son menester» (España)

También en los refranes está descrito el modelo de lo que la mujer ha de ser, de forma clara y directa, además de lo que en ninguna circunstancia debe ser. La esposa está hecha para la casa, la cocina, los trabajos del hogar, y debe su obediencia al marido por encima de todo.

«Al marido, tenerle, quererle y obedecerle» (España)

«La mujer y la sartén, en la cocina están bien» (España)

«La que es de su casa, lava, limpia1 cose, guisa y amasa» (España)

«La mujer de buen aliño, hilaba y devanaba y vendía vino y daba la teta al niño» (España)

Y como la belleza y la bondad no siempre van unidas, es más la incredulidad ante la posibilidad de combinar hermosura y talento, traducido esto último a bondad u obediencia.

«Lazos y moños no te procuran matrimonio; ser muchacha hacendosa, ya es otra cosa» (España)

«La que mucho cuida su cara, poco cuida su casa» (España)

«Si mejorada tu casa quieres ver, rómpele el espejo a tu mujer» (España)

«Mujer hermosa y con talento, parece cosa de cuento» (España)

El silencio y la discreción también están incluidas entre las virtudes más consideradas de su comportamiento social, paralelo a ser trabajadoras, hacendosas y humildes.

«Mujer discreta ni en ventanas ni en puertas» (España)

«La doncella, la boca muda, los ojos bajos y lista la aguja» (España)

«La mujer ni vista ni conocida» (España)

La cosmovisión popular sobre las mujeres impregna los refranes que, como textos culturales que son, definen la concepción social más extendida y se recrean en su transmisión, llegando a extremos de gran crueldad.

«La mujer sólo es buena después de muerta» (España)

«Con la mujer, ojo alerta, mientras no la vieres muerta» (España)

En todo caso, y como se observa en los refranes seleccionados, el modelo de mujer es el tradicional de madre-esposa-ama de casa. No hay cabida para las obreras, las campesinas, las profesionales, las vendedoras ambulantes, las trabajadoras del servicio doméstico o las jefas de familia. La imaginación colectiva sobre la situación ideal de las mujeres no da cuenta de su realidad cotidiana, más que en aquellos aspectos en los cuales lo juzga conveniente.

La mujer es discriminada, criticada, desvalorizada y acusada de peligrosa por su género. El hombre es maltratado verbalmente por los dichos populares no con base en su género, sino a otros tipos de variables: por tratarse de un sector social determinado, de otro grupo étnico, de una generación no dominante o por considerarlo simplemente distinto, excepto en los casos en que las mujeres hablan también de los hombres, que son los menos.

«No tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre» (México)

«indio que quiere ser criollo al hoyo» (México)

«Machete caído, indio muerto» (Nicaragua)

«Ellos son blancos, ellos no entienden» (Nicaragua)

«Al tonto ni dios lo quiere» (Nicaragua)

«Un loco puede amarrase, arrepentirse al bribón, pero un zoquete mamita, no tiene composición» (Colombia)

«El rico no pierde sino el alma» (Colombia)

«El que afloja tiene de indio» (Colombia)

«A la medida del indio se le da el golpe» (Colombia)

«De hombre bebedor, tonto el que se fía» (Venezuela)

«Las necedades del rico, por sentencias pasan en el mundo» (España)

Los hombres no se salvan, y como género masculino tienen sus estereotipos también recogidos en los refranes, como el que les ilustra sobre las diferentes etapas de su vida, por las que deben pasar y las situaciones y condiciones óptimas para hacerlo.

«Quien a los 20 no es mozo, y a los 30 no se casa, a los 40 no es rico, a los 50 borrico» (España)

Pero también a veces los dichos ponen en la misma categoría a mujeres, animales y con profunda y desenfadada irreverencia a hombres, personajes públicos importantes en la jerarquía social; pero que el pueblo considera nefasto y objeto de burla o desprecio.

«Mujer, fraile, rey y gato, cuatro ingratos» (España)

«Mujer que llora, judío que jura y zorra que duerme, malicia tienen» (España)

Y entre otras cosas, el refranero deja claro que los hombres no se dedican a las tareas domésticas, ni desarrollan ciertas actividades o relaciones bajo pena de ser objeto de señalamiento.

«Los hombres en la cocina hieden a rol’e gallina» (Colombia)

«El hombre en la plaza y la mujer en la casa» (España)

La acusación de inconstancia o infidelidad femenina es parte de una ambigüedad que rodea el ser, pensar, sentir y hacer de las mujeres. Por un lado, se las muestra ajenas a los sentimientos y fácilmente desviadas de la moral tradicional, acusándolas de acciones que en principio pueden ser adjudicadas a ambos géneros. Por otro, se demuestra indirectamente o se da a entender que las mujeres no son tan pasivas y sumisas como se sugiere y se desea, sino ¿por qué tanta insistencia en acallarlas o golpearlas?

Del refranero español. Cuando las mujeres hablan o “en boca cerrada no entran moscas”

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