Algunos estamos interesados en la teoría política, en las bases filosóficas de la organización de la polis, que son o deberían ser el primer capítulo para comprender la práctica política del siglo XXI. Sólo he encontrado en España dos programas de máster centrados en filosofía o teoría política, uno en la Universidad Complutense y otro en la Pompeu Fabra. He revisado cuidadosamente el temario de ambas y no me parece objetivo, sino que sigue en buena parte las sentencias de la progresía.
Existen cientos de personas como yo, con deseos de sentarse frente a un temario serio e intelectual sobre fundamentos políticos, que no esté infestado de izquierdismo (lo cual, dejando a un lado el adoctrinamiento, resulta a estas alturas soporífero y desgastador). La variedad es necesaria para ensanchar la mente y enriquecer la perspectiva.
Ansío que Disenso organice pronto unas jornadas presenciales o telemáticas sobre teoría política, donde se ejerza la auténtica libertad de expresión. Ardo en deseos de abrir la mente, de exponerme a una pluralidad de opiniones, tener acceso a aquellos que disienten del totalitarismo comunista, el cual pretende imponerse como única línea de pensamiento consentida incluso en el área del pensamiento: el comienzo de la libertad.
Contamos con una marea de libros y pensadores izquierdistas. Bien me parece, pero, ¿Dónde está el resto? Moriremos de endogamia, de podredumbre ideológica, si no colocamos el micrófono frente a los auténticos rebeldes, aquellos que representan la diversidad, la cuasi contracultura. Soy consciente de que Disenso acaba de comenzar su andadura, y de que todos los proyectos requieren tiempo. Sólo les escribo para incitarles a instruirnos, para pedirles que nos convoquen, mediante la organización de unas jornadas, conferencias o incluso un postgrado; a algunos nos enorgullecería lucir en nuestro currículum el nombre de Disenso como fuente de nuestra formación.